
Me traje hace muchos años una caja de dulces Ambrosoli que tenía mi abuela Aurora en Barrancas, San Antonio. En la salita que estaba al lado de los dormitorios, habían muchas cosas que eran de mi abuelo Manuel, que murió en el año 1992. La cajita contenía 6 bolsas llenas de estampillas, dentro de cada una de ellas una lámina de cartón escrita con su letra: Estampillas chilenas corrientes (cantidad) – 1050. Me genera ternura imaginarlo sacando con cuidado la estampilla del sobre con el vapor de la tetera, pensarlo en la cocina, mientras mi abuela tal vez lo observaba de lejos, o entre los dos, y tal vez muy en silencio, poniéndose de acuerdo quién la afirma y quién la saca. Antiguamente se escribía, se correspondía en otros ritmos. También lo imagino llamando por teléfono, o cuando iba de visita, y aprovechaba de pedirle a sus amigos, o la primera vez que les contó que él las coleccionaba y encontrar en ellos otra alma filatélica.

El mundo de los coleccionistas me tocó sólo en mi adolescencia cuando junté estas cosas que le dan los famosos a los fanáticos… dedicatorias, cartas, cómo es que se llama? Autógrafos. Eso. Después con mi paso a la adultez, boté el cuaderno lleno de estas firmas de personas que no conocía realmente.
Ahora, me encontré, por tener tanto tiempo disponible, con las estampillas cara a cara. Durante la primera semana de mayo las estuve clasificando y reordenando.
En este periodo de confinamiento, me traje un álbum a medio hacer desde el taller, sólo el cuerpo, sin las tapas, y lo miré, hice el cruce y fue el primero en ser llenado con varias de las estampillas. Varias del mismo tipo ocuparon una sola página, como queriendo reflejar lo acumulador del coleccionista.
En la próxima entrada escribiré más sobre la gráfica en el diseño de estampillas y las encuadernaciones que hice, me queda un último álbum por hacer, aparte del tradicional tapa dura, hice otros dos más pequeños con estructura de pliegue y hojas desmontables, que me alegraron mucho.
Mientras, dejo una pequeña selección de estos carteles en miniatura, con distintos estilos gráficos, que hablan de grandes momentos en la historia de Chile, de la importancia que se le daba en esa época a la producción nacional, los medios de transporte, eventos deportivos mundiales, campañas sociales.





