Llegaron las chiquillas

Saca cajo, cuna de perforación, telar.

Desde el 2011 cuando empecé a aprender encuadernación que encuentro tan lindo el telar y las prensas de madera. Acá en Chile cuesta encontrar (o a mí me ha costado), más bien son los colegas que pueden haberlas adquirido o heredado de encuadernadores viejitos, o que también las han mandado a hacer y a veces sin tanta fortuna, o las han conseguido desde fuera. Son más escasas que las prensas de metal. Si bien se pueden hacer encuadernaciones perfectamente sin telar o con telares de hilo de metal, el cajo siempre necesita de una maquinita que tiene placas de metal biseladas o en ángulo. Para las escartivanas y me imagino también cuando se hacen tantos volúmenes de hojas, la cunita aligera el proceso de perforado.

Hace años sigo a Alan @tarsiaalan, maestro ebanista mexicano, añorando algún día conseguir estas tres piezas de muchas otras, que fabrica en madera de haya.
Mi hija fue por trabajo el mes pasado a Salamanca, cerca de Guanajuato, y en marzo ya andaba ideando la forma de conseguirlas y coordinar la compra desde Ciudad de México (gracias por el favor).
Agradecida, le haré honor a tan nobles chiquillas (ya les puse nombre: las chiquillas, las nenas). Espero hacer mejores encuadernaciones. Tengo la sensación que se ha puesto una pieza difícil de conseguir en mi puzzle. Esa sensación de sentirse de verdad, cuando ya es así, pero bueno, lo sentí como tomar un café café, el de grano y no el café instantáneo.